DIOS VESTIDO DE REMERO

Los Remeros evitan su tercera derrota consecutiva gracias a un triple milagroso de Juanan sobre la bocina.

Este sábado vimos el final más increíble, más alucinante y más emocionante de la historia de los Remeros. Una lástima que no queden documentos gráficos que atestigüen lo sucedido, porque las palabras se quedarán cortas para describir esos dos últimos segundos en los que Juanan, por qué eres tan bueno remero, obró su magia y enchufó un triple desde su propia línea de 6,25, con un defensor encima y transformó una digna derrota en la más dulce de las victorias. Dos segundos que quedarán grabados en las retinas de todos los que los presenciamos, para siempre. Si Larry Bird vio a Dios vestido de jugador de baloncesto en el Boston Garden, el sábado yo vi a Dios vestido de remero en el pabellón Príncipe Felipe de Majadahonda.

Antes del partido, Juanan decía “no me he pegado el madrugón para perder. A ver si nos sale un partido serio de principia a fin”, y ese es el mejor resumen que se puede hacer de los 39 minutos y 58 segundos de partido antes del milagro. Un partido serio, duro, trabajado, desde el principio hasta el final. Mención especial para los hombres interiores que se dejaron la piel en la pintura, mucho sudor y algo de sangre. Y mientras tanto Juanan a lo suyo. Enchufando de tres, penetrando, asistiendo, ayudando en el rebote.

El choque estuvo igualado desde el principio hasta el final, con constantes alternativas en el marcador. Los remeros nunca dejaron de remar, aunque los árbitros remaran en contra todo el partido.

Así llegamos al último minuto. Tercer remero expulsado por faltas, el equipo se queda con cuatro en el campo y dos abajo. Triple espectacular de Juanan con dos defensores encima. Pero no iba a ser fácil. Canasta recibida, uno abajo. Juanan recibe falta y la mete desde el medio del campo. No vale. Esta vez el número 15 no acierta con el triple, falta rápida, todo parece perdido. Dos tiros libres fallados, un último intento. Juan recibe algo desequilibrado y no logra encestar, Fer hace falta en una demostración de que nunca debe darse nada por perdido. Solo restan dos segundos, los remeros pierden de dos y el rival tiene dos tiros libres. Falla el primero. Falla el segundo y el resto es historia.

Por Spider