Hay un remero que siempre dice que ser remero no es una obligación, sino una responsabilidad. Mi responsabilidad como remero hoy es felicitar a Rul por su conseguido programa de estadísticas, pero también es advertirle de las nefastas consecuencias psicológicas que tendrán las estadísticas....o no, quién sabe.
No sé si lo que más necesitan algunos es ver sus puntos negativos colgando en el cyberespacio para siempre, y si eso los terminará de hundir en la miseria porque, para qué nos vamos a engañar, ya no somos unos chavales y nunca recuperaremos la forma que teníamos con 19 años, por mucho que sea el propósito temporada tras temporada.
La otra posible lectura es que nos daremos cuenta de que la forma más segura de conseguir puntos de valoración será ir al rebote como posesos; o que la forma de no perderlos absurdamente será dando siempre, o casi siempre, el pase más fácil. O quizá ahorrándonos este tiro o esa falta tonta por no estar al loro.
Lo que está clara es una cosa: no somos jugadores de grandes números sino de intangibles, de codazo al rival. Para qué preparar jugadas y estudiar al contrario si tenemos nuestra coreografía en la ducha. No seremos MVP de la jornada como Borchardt, pero le chuparemos la mano al contrario cuando nos la ponga en la cara.
Esperemos solamente que no se la haya metido en el paquete en la jugada anterior...
miércoles, 4 de febrero de 2009
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